Citas las escrituras como si ellas contradijesen lo que yo he dicho. Pero no lo hacen. La enseñanza de Cristo y la de Pablo en Mateo y 1 Corintios puede aplicarse sin problema alguno a la pluralidad de esposas.
Jesús repitió lo dicho por Dios en que el hombre debía dejar a sus padres y unirse a su mujer. Y te reafirmo: Eso es lo que hicieron los Patriarcas Abraham y Jacob, cumplieron con este principio, pues ya había sido dado por Dios desde los días de Adán. Y no hay nada en sus vidas que lo contradiga. Y también el mismo Dios que le dio el mandato a Adán, fue quien le dio sus esposas a David, como ya te he explicado y tú negligentemente finges que no lo hice.
Lo mismo enseña Pablo, que no es bueno que el hombre esté solo, sino que cada uno tenga su cónyuge. Y pese a que no era el objeto de ninguna de estas escrituras hablar sobre la poligamia, no por ello la prohíben o la obstaculizan.
Y en cuanto a lo dicho en 1 Timoteo, es un consejo sabio de Pablo, para nombrar obispos. Que es conveniente no nombrar a uno que tenga más de una mujer, para que este sea desde todo punto de vista, irreprochable. No ocurra que luego vengan personas como tú, y, por tener más de una esposa, lo califiquen de pecador como ya lo haces con los patriarcas Abraham y Jacob. Y todo, por tu corto entendimiento.
Y también mientes en cuanto a que no hubo profetas que enseñaran la poligamia, porque por lo menos tenemos a Natán indicando que David recibió todas sus mujeres de Dios, y en nada pecó sino en haber tomado a la mujer de Urías. Ahora, ¿cómo fue que David recibió sus esposas de Dios? Obviamente algún profeta o autoridad sacerdotal tuvo que estar involucrada.
Y en relación a Jesús, la escritura nos enseña que él hizo y dijo, muchas más cosas de las que se escribieron o podrían escribirse en la Biblia.
Juan 21:25
25 Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribiesen cada una de ellas, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén.
Muchas cosas de las que nunca sabrás, porque le has sellado la boca a Dios y para ti hoy él ya no puede hablar nada más. Así como también, sólo aceptas por escrituras lo que fragmentariamente ha sobrevivido en la Biblia a las quemas de libros efectuadas por los hombres inicuos que se arrogaron la autoridad de dictaminar lo que debía o no considerarse escritura sagrada.
Es por eso que no tienes cómo identificar un evangelio diferente al que fue predicado a los Gálatas. Porque lo que ellos recibieron, sencillamente, tú jamás lo has tenido.