Los seres humanos no somos autómatas. Dios nos dio capacidad para sentir en el corazón y para pensar con la cabeza. Dios también nos dio la libertad para amarle o para irnos de su lado, como hizo el joven rico. Pero los que defendemos su verdadera enseñanza y sus verdaderos mandamientos, no nos obliga nada a defenderlo, excepto el amor..., pues amar a Jesucristo no es por ley, sino por amor..., porque su misericordiosa enseñanza te cautiva y te enamora, si tienes buena voluntad.
Si tienes buena voluntad, a Jesucristo es imposible conocerle y no amarle, es imposible amarle y no seguirle. Los que caminamos por amor a Jesucristo, también amamos sus misericordiosos mandamientos, que para nosotros son la única y verdadera Ley de Dios. Y también amamos la enseñanza del Evangelio que nos enseña que Jesucristo es Dios que se hizo Hombre y entregó su vida de Hombre por amor de nosotros.
Dios nos dotó de libre albedrío para que le amemos en libertad, no por temor, sino por amor..., pues los que tenemos buena voluntad, lo que más deseamos es amar a Jesucristo. Pero los que no sienten ese amor, difícilmente van a entendernos.Por éso Dios los dotó de libre albedrío:
El Evangelio muestra los verdaderos mandamientos de Dios que los judíos de aquellos tiempos ya no conocían. Y uno de esos mandamientos nos dice que Dios quiere misericordia y no sacrificios. Los misericordiosos mandamientos de Jesucristo dejaron abolidos todos los sacrificios humanos (penas de muerte, guerras y genocidios) que contenía el viejo testamento.Insisto, por otro lado: no se trata de que el Evangelio muestre.