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Una de las versiones más bonitas de Habanera, con Filippa Giordano.
(Hasta me encontré una de Susana Zavaleta y la quité pronto ).
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Una de las versiones más bonitas de Habanera, con Filippa Giordano.
(Hasta me encontré una de Susana Zavaleta y la quité pronto ).
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Que no sea tu cuerpo la primera tumba de tu esqueleto.
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Gracias, Chanito, en un rato más dejo algún otro textito hermoso. Muá!!!
Nota: corregí la palabra vaivén, que le faltaba la n. Se nota que estoy transcribiendo.
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Última edición por Estrella_fugaz; 30-dic.-2015 a las 10:37
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Que no sea tu cuerpo la primera tumba de tu esqueleto.
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Que no sea tu cuerpo la primera tumba de tu esqueleto.
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Dejo un booktrailer de Lunas de Estambul: Enlace judío entre dos mundos a través del amor y el arte culinario. En el video podrán apreciar la música turca, que es muy linda!
Así la intriga crece y se torna más interesante la lectura, para que compren el libro.
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Última edición por Estrella_fugaz; 30-dic.-2015 a las 11:07
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Que no sea tu cuerpo la primera tumba de tu esqueleto.
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Que en este año nuevo y en todos los días de nuestras vidas haya amor, música y poesía.
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Última edición por Estrella_fugaz; 31-may.-2017 a las 09:08
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Que no sea tu cuerpo la primera tumba de tu esqueleto.
Hablando hace un instante de gólems, me vino esto a la mente: El Gólem de Jorge Luis Borges.
Si (como afirma el griego en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de 'rosa' está la rosa
y todo el Nilo en la palabra 'Nilo'.
Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.
Adán y las estrellas lo supieron
en el Jardín. La herrumbre del pecado
(dicen los cabalistas) lo ha borrado
y las generaciones lo perdieron.
Los artificios y el candor del hombre
no tienen fin. Sabemos que hubo un día
en que el pueblo de Dios buscaba el Nombre
en las vigilias de la judería.
No a la manera de otras que una vaga
sombra insinúan en la vaga historia,
aún está verde y viva la memoria
de Judá León, que era rabino en Praga.
Sediento de saber lo que Dios sabe,
Judá León se dio a permutaciones
de letras y a complejas variaciones
y al fin pronunció el Nombre que es la Clave,
la Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio,
sobre un muñeco que con torpes manos
labró, para enseñarle los arcanos
de las Letras, del Tiempo y del Espacio.
El simulacro alzó los soñolientos
párpados y vio formas y colores
que no entendió, perdidos en rumores
y ensayó temerosos movimientos.
Gradualmente se vio (como nosotros)
aprisionado en esta red sonora
de Antes, Después, Ayer, Mientras, Ahora,
Derecha, Izquierda, Yo, Tú, Aquellos, Otros.
(El cabalista que ofició de numen
a la vasta criatura apodó Golem;
estas verdades las refiere Scholem
en un docto lugar de su volumen.)
El rabí le explicaba el universo
"esto es mi pie; esto el tuyo, esto la soga."
y logró, al cabo de años, que el perverso
barriera bien o mal la sinagoga.
Tal vez hubo un error en la grafía
o en la articulación del Sacro Nombre;
a pesar de tan alta hechicería,
no aprendió a hablar el aprendiz de hombre.
Sus ojos, menos de hombre que de perro
y harto menos de perro que de cosa,
seguían al rabí por la dudosa
penumbra de las piezas del encierro.
Algo anormal y tosco hubo en el Golem,
ya que a su paso el gato del rabino
se escondía. (Ese gato no está en Scholem
pero, a través del tiempo, lo adivino.)
Elevando a su Dios manos filiales,
las devociones de su Dios copiaba
o, estúpido y sonriente, se ahuecaba
en cóncavas zalemas orientales.
El rabí lo miraba con ternura
y con algún horror. '¿Cómo' (se dijo)
'pude engendrar este penoso hijo
y la inacción dejé, que es la cordura?'
'¿Por qué di en agregar a la infinita
serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana
madeja que en lo eterno se devana,
di otra causa, otro efecto y otra cuita?'
En la hora de angustia y de luz vaga,
en su Golem los ojos detenía.
¿Quién nos dirá las cosas que sentía
Dios, al mirar a su rabino en Praga?
Mi pena es sencilla y nada misteriosa y, como tu alegría, por cualquier cosa estalla.
Sé bella y sé triste.
Sois belle! et sois triste! Charles Baudelaire (1821-1867)
¿Qué importancia tiene vuestra bondad?
Se Bella y se Triste, las lágrimas
agregan encanto a tu rostro
como la lluvia al paisaje,
La tormenta rejuvenece las flores.
Te amo más cuando la alegría
huye del balcón de tu frente,
Cuando tu corazón se hunde en el horror,
Cuando sobre tus cejas se despliega
La temible nube del pasado.
Te amo cuando tus grandes ojos derraman
Un agua tibia como sangre,
Cuando a pesar de mi mano acompañante,
El peso de la angustia horada tu voz
Como un quejido agonizante.
Y aspiro, divina voluptuosidad,
Himno de profunda delicia,
Todos los sollozos de tu pecho,
Y creo que tu corazón se ilumina
con las perlas que caen de tus ojos.
«The brain is the seat of madness and delirium.»
¿Qué ocurriría si, un día o una noche un demonio se deslizara furtivamente en la más solitaria de tus soledades y te dijese: "Esta vida, como tú ahora la vives y la has vivido, deberás vivirla aún otra vez e innumerables veces, y no habrá en ella nunca nada nuevo, sino que cada dolor y ada placer, y cada pensamiento y cada suspiro, y cada cosa indeciblemente pequeña y grande de tu vida deberá retornar a ti, y todas en la misma secuencia y sucesión -y así también esta araña y esta luz de luna entre las ramas y así también este instante y yo mismo. ¡La eterna clepsidra de la existencia se invierte siempre de nuevo y tú con ella, granito del polvo!"? ¿No te arrojarías al suelo, rechinando los dientes y maldiciendo al demonio que te ha hablado de esta forma? ¿O quizás has vivido una vez un instante infinito, en que tu respuesta habría sido la siguiente: "Tu eres un dios y jamás oí nada más divino"? Si ese pensamiento se apoderase de ti, te haría experimentar, tal como eres ahora, una transformación y tal vez te trituraría; ¡la pregunta sobre cualquier cosa: "Quieres esto otra vez e innumerables veces más?" pesaría sobre tu obrar como el peso más grande! O también, ¿cuánto deberías amarte a ti mismo y a la vida para no desear ya otra cosa que esta última, eterna sanción, este sello?.
Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844-1900)
La Gaya Ciencia
«The brain is the seat of madness and delirium.»