Imagina por un momento que yo dijera que Gengis Kan no existió. O que Platón no existió o que Ramses II no existió. Por decir que no quede. Como tú muy bien dices, cuando se niega lo evidente, no es el que conoce la historia el que debe probar, el que debe probar que la humanidad y los historiadores están equivocados es el que afirma lo contrario que lo ya demostrado en miles de ocasiones.