Mire, señor Rusko, no veo la necesidad de referirse a mí para lo que aquí nos viene a decir, bien pudo usted compartirlo sin atacarme. Aquí a quien le falta valor es a usted, ni siquiera tiene la disposición de dirigirse a mí como debe ser, lo hace en tercera persona, esperando a que alguien más le venga a secundar sus absurdos. Invariablemente, demuestra que no le han hecho gracia los 40 puntos, y no sólo eso, sino que tampoco le fueron neutrales. Alguna fibra sensible le tocaron, ¿será que cojea del mismo pie que la lombriz que huele a vino? Es evidente que quiere iniciar un debate al respecto; sin embargo, antes de siquiera pensar en considerarle a usted cosa seria, me gustaría saber si vale la pena. Disculpe si pongo en duda su capacidad para emprender algo importante, pero su escrito lo hace lucir insignificante, cuando mucho.
Dice usted que "los comunistas también son anticomunistas", esto, por definición, es imposible. No sea usted obtuso; el ser comunista no es una condición médica, mucho menos involuntaria, no se trata de una etiqueta que sobrepase los intereses de una persona. Quien está a favor del comunismo, se encuentra también en pro de los ideales y conceptos que dicha ideología propone, simplemente porque así le apetece. Tampoco me diga usted que se puede ser anticomunista e, inconscientemente, actuar como comunista; pues para estar en contra de algo, antes hay que saber de qué se trata. Lo mismo sucede a la inversa, no creo que sea necesario explicárselo, ya que, cuando menos a simple vista, parece que cuenta usted con el mínimo intelecto necesario para advertirlo.
Quizá usted, con la poca gracia que demuestra tener, se imagine que los líderes comunistas, esos dictadores que transgreden las garantías constitucionales, son también "comunistas anticomunistas"; sin embargo, déjeme avisarle que se trata no de comunistas, sino de simples mentirosos. Ya se podrá imaginar que la corrupción anda metida en todos lados, y esa sí que coacciona hasta al más santo.
Anticipando que usted conteste como Dios manda, y no con berridos carentes de sentido, o haciéndole justicia a uno de los 40 puntos, le comento que tampoco soy de derecha. Soy más bien de centro, atiendo a lo mejor de ambos lados para integrar una política equilibrada. No me puedo inclinar a la derecha, puesto que estoy en contra de todo adoctrinamiento religioso, la religión es tan peligrosa o incluso más que el propio comunismo. Los líderes religiosos sí que tienen muchísimas cosas en común con sus homólogos comunistas. Pero no me malinterprete, tampoco es mi intención erradicar la fe, yo mismo soy creyente. Lo que planteo es limitar la influencia que la iglesia tiene sobre los asuntos públicos, es todo. Tampoco me parece sensato que existan charlatanes, sobre todo de sectas protestantes, lucrando con la fe de sus correligionarios. Es precisamente algo de lo que hacen los dictadores comunistas, ABUSAR DE LA IGNORANCIA. No me puedo inclinar hacia la izquierda, pues no estoy de acuerdo con el deterioro que le ha propinado a los valores humanos con tanto precepto chatarra, como eso del ecologismo, el feminismo, la diversidad sexual, etc., hasta el arte pretenden socializar. Términos como "Kitsch" y "Underground", engendrados por la izquierda adinerada, son intentos mediocres por convertir lo pusilánime en algo agradable y talentoso. Una cosa es libertad, y otra, muy distinta, es libertinaje.
Oiga, pese a las incoeherencias que dijo, tuve la confianza de platicarle algo sobre mi manera de ver las cosas, espero no se trate usted de un mentecato corriente, y acceda a dialogar sin prejuicios. Claro, si sus condiciones mentales y/o culturales se lo permiten...
Saludos.
Edición: Seguramente su amigo, el señor lombriz que huele a vino, estará más que satisfecho con ese nuevo término que acaba usted de inventar: Comunista anticomunista