- Pregunta: A finales de los 90 muchos carteros de Estados Unidos se volvían locos y cometían actos de violencia llevados por esa locura relacionada con su trabajo ¿Por qué crees que un empleado de correos puede volverse loco?

- Respuesta: Hay todo un mundo de razones posibles: la cola de los sellos; el hecho de que la gente olvide el código postal en sus cartas; los amantes que llenan de besitos el sobre y queda pringoso; los terroristas que envían carbunclo por carta y es el empleado de correos el que lo sufre; la gente que compra pesas por correo y es el cartero el que tiene que acarrearlo en su carrito calle arriba y calle abajo si el destinatario no está….
De todos modos hay unos síntomas claros de que estamos ante un claro candidato a volverse tarumba:
- a. Habla con los buzones. Este punto ha variado con las nuevas tecnologías y ahora se dedica a mandarle wassaps aunque no reciba respuesta, lo que le frustra y alimenta su locura.
- b. Guarda su traje de la primera comunión en un buzón como si fuese un armario particular o pone la ropa sucia, echa suavizante por la ranura y le mete un programa de centrifugado.
- c. Encierra en un buzón a los peatones molestos que hacen comentarios desagradables sobre su trabajo. Si periódicamente le pasa tranchetes por la ranura del buzón estamos ante un caso leve de locura.
- d. Hace la compra con el mismo carrito con el que lleva las cartas, por lo que a veces mete napolitanas en los buzones de la gente y se merienda una tarjeta postal o unas muestras promocionales de jabón lagarto.