Hola,
El libro que recomendó Pablo Ramos es “El hombre mediocre” de José Ingenieros, el cual es uno de los que traduje al italiano hace varios años atrás. Esto me obligò a mentalizarme en la condiciòn del mediocre y analizar situaciones reales.
La mediocridad no es algo que se pesa o se mide; no tiene dimensiòn. La mediocridad es una “actitud” ante la vida; es la inactividad hacia la perfección; la renuncia a superarse personalmente; la entrega a la rutina, el abandonarse a la inactividad, la falta de voluntad. La mediocridad es el no poseer ningún ideal, nada que lleve a alguna perfección, a alguna excelsitud ni a desarrollar un talento. Son vidas vacìas, con ocio y falta de voluntad; rutinarios que no quieren ser molestados en su abandono. Ortega y Gasset los define bien socialmente como “masa” y dijo a mitad del siglo pasado que la masa se ha rebelado a su función natural, pretende una “posición” en la sociedad y gritan a la discriminación. La masa està formada por mediocres con orgullo de serlo y andan pregonando que ser como ellos es algo positivo (muchos desde la polìtica y, obviamente, la TV). Reclaman el derecho a ser ordinarios y maleducados…..En el foro vemos algunos ejemplos de esa “Rebeliòn de las masas”.
Personas que escapan a la mediocridad hay millones, no sòlo Newton. Basta quererlo. En el foro vemos a Caballero que es movido por una pasión y deja de lado la ociosidad para llevar a cabo su ideal. Otros que estudian como tù o Charpe y sueñan con ser competentes en sus carreras, algunos desean hacer conocer sus talentos como Parzival o Legendario, etc. Mujeres que organizan y controlan el andar del foro como MagAnna o Esquizofelia. Un Zamiel que con originalidad ofrece momentos agradables. Poco de mediocre puede tener esta gente y otros foristas. En la vida diaria cada uno se esforzarà en su profesión para mejorarse pero no es eso lo “normal”…. aun teniendo hoy todas las comodidades y oportunidades. Basta ser maestro o jefe para darse cuenta.
Habìa ya escrito la definición de Lombroso sobre el
“hombre normal”:
El hombre normal es el mediocre: pasivo, honesto, cobarde, miedoso, mentalmente pachorriento, haragàn, sin nobleza en sus actos. Pocos intentan escapar a la tenaza de la mediocridad y de nada valen las obligaciones con ellos.
Dices:
“Pero entonces todos estamos de acuerdo con que, abandonar la mediocridad es tratar de alcanzar el plano de dios.”. No es asì necesariamente. Abandonar la mediocridad es no conformarse con el nivel intelectual que se posee e intentar superarse: proponerse un ideal, una meta, y poner voluntad para alcanzarla……No necesariamente la meta debe ser el plano de dios: basta que sea de mejoramiento personal. La “perfección” es reservada a los dioses porque un dios es lo que el ser humano idealiza sobre sus propias imperfecciones; se le da el nombre de “dios” a lo que sería un
ser ideal sin las bajezas e imperfecciones humanas. Jamàs un humano llegarà a la perfección…..pero puede soñar con alcanzarla en algùn aspecto.
Genio, Héroe, Santo, Dios. Sòlo algunos pudieron llegar a esa condición en la historia de la humanidad. Son títulos honoríficos que no se pueden comprar y que la humanidad le reconoce por inigualables. Un ejemplo de cada uno de esos títulos podrían ser Einstein, Alejandro, Tomàs de Aquino, Jesùs. No es lo “normal” porque normalmente no se tienen las capacidades naturales para ser un Einstein, un Nietzsche o un Cristo; eso es reservado a sòlo algunos dilectos. Pero no seré mediocre sòlo porque no nacì genio sino porque no intentaré cambiar mi situaciòn: porque no generare ningún ideal para perseguir. Soñar la Genialidad, el Heroísmo, la Santidad o la Divinidad puede llevarnos a frustraciones grandísimas pero cada uno se sentirà en grado o no de intentarlo.
El “talento” es otra cosa y aparte de perfeccionarlo algunos tienen condiciones naturales que no se adquieren con la pràctica. Si no tengo las cualidades de Pavarotti para cantar o Maradona para jugar al fútbol no puedo dedicar mi vida a igualarlos porque serán vidas desperdiciadas pero podré ocupar otro nivel de talento igualmente vàlido con menos fama. Basta proponerse ideales màs modestos aunque a veces màs intensos.
Seguir todas las reglas sociales y morales y cumplir con todas las funciones que una sociedad evolucionada se espera de nosotros (estudio, trabajo, familia, hijos, etc.) son las cosas mìnimas como para comenzar a demostrar si uno tiene un ideal, un talento o una originalidad. De cuanta voluntad pongamos en cumplir nuestros sueños dependerá la distancia donde dejaremos la mediocridad.
Lo curioso que cuando alcanzamos un ideal inmediatamente nos nace otro mucho màs elevado y se hace una escalera hacia alguna forma de perfección. La vida es corta pero se puede hacer mucho.
Saludos.
PD acà tienes el libro y es gratis:
http://www.cecies.org/imagenes/edicion_176.pdf