Iniciado por
Klauddia
Lobo, tienes una visión muy equivocada sobre lo que el sacrificio de Cristo significa. Cualquier sacrificio que tú hagas en la vida (no de crucificción obviamente), si no tiene un fruto o una consecuencia más grande lo que has sacrificado, tú sacrificio no valió de nada, ni tuvo un por qué.
Y de ninguna manera te puedo permitir que intentes minimizar el sacrificio del Amado del Cielo, porque su sacrificio fue de sangre por sangre, de vida por vida, y mientras ignores que la sangre es la vida, nunca comprenderás el valor del sacrificio.
Y mucho menos podrás reconocer que tal sacrificio no terminó en muerte, sino que terminó en vida eterna y más aún, esa vida es ofrecida para todo ser humano que la quiera.
El que tú no la quieras, no te da derecho de desviar o hacer tropezar a aquellos que sí la quieren, tampoco te da derecho a minimizar, ni criticar su postura, tú quédate al filo, en la línea, pero no estorbes a aquellos que quieran cruzarla e ir más allá.
No, no era, es. Porque así tiene su naturaleza, el ser humano es malo, y así le gusta ser, que es lo peor del caso. Y está sometido a la voluntad del mal, y si me dices que no, pues estás mintiendo, porque por eso este mundo está como está, porque el pensamiento del ser humano es de continuo pecar y pecar quiere decir fallar del blanco, fallar del objetivo, desviarse.
Eso hace el ser humano ante su amo, que es mal. Hace el mal de forma consciente e inconsciente.
Cuando una persona odia a otra, trae cargando un gran peso encima, y habla de ella, y la busca para molestarla, la critica, le inventa chismes, la ve y se enoja, y se duerme pensando en ella y se despierta pensando en ella y ese odio viene por algo que aquella persona hizo que de alguna manera le ofendió o le afectó o algo provocó que hizo que naciera ese odio tan grande. Esa persona es esclava de ese odio, porque lo trae en su vida y le domina el odio y ese odio le afecta y hasta lo enferma, porque el odio y el rencor provocan cáncer, y esa esclavitud no lo deja ser feliz ni estar tranquilo.
A esa esclavitud nos referimos, eres esclavo del odio, esclavo de las adicciones, esclavo del miedo, esclavo de la ira, esclavo del dinero, esclavo de la lujuria, esclavo del egoísmo, de la mentira, del rencor, de la ambición, de la envidia, de la altivéz, del orgullo, etc, etc, etc, y principalmente de la falta de perdón.
El pecador redimido, entiende de qué se trata el sacrificio, entiénde que puede ser libre de toda esa esclavitud que te acabo de nombrar arriba, y entiende que el perdón es lo único que te libera de esa esclavitud.
El redimido, se vuelve esclavo del perdón, y claro que es feliz de ser esclavo por amor de su Señor, que le enseña a ser esclavo del perdón, del amor, de la misericordia, de la justicia, de la igualdad, de la empatía, de la alegría, del gozo, de meter las manos por los demás.
El redimido, sabe perfectamente que lucha contra la carne, que es la que le pide que peque, pero sale triunfante con el espíritu, que es lo que le impíde que cometa el pecado.
El redimido, sabe, que si peca de forma deliberada y con toda la intención, no podrá volver a ser redimido, porque ya no hay otro sacrificio al que pueda acercarse y con Dios no hay juegos, o eres frío o eres caliente, porque con Él no hay tibios. Y me parece mi estimado lobo, que pretendes manejar un estado intermedio, con un pie en el ateísmo, y otro según tú en el teísmo, así que mejor te vas definiendo, que tus tintes se inclinan más al antiteísmo que al teísmo, por más que digas, que sí crees en Dios y que te gusta el mensaje moral de Jesús, bah, desde lejos se reconoce quien es quien.
Tú no has sido redimido, puesto que no lo has querido ser, porque no has creído, ni te has arrepentido, cuando tú te conviertas a Cristo y creas que es tú Salvador personal y lo puedas declarar con tú boca, entónces podrás hablar de tu redención.