¡Hola!. Ayer pasé una noche estupenda (¡musicalmente hablando, eh...!). Actuaba en el teatro la pianista Judith Jáurigui. Llevaba meses queriendo asistir a algún concierto de ella. Me encantó. Al final de todo, me fui a esperarla a la salida para que me firmara. ¡FUI FELIZ!.
Y como anoche me acosté más tarde de lo habitual, hoy me costó un montón levantarme. Pero bueno, dice el dicho que sarna con gusto no pica, ¿no?.
Saluditos.
La música se toca con el corazón y se siente con el alma.
Quien ama la música, ama la vida.
Sin música, la vida sería un error.
La vida es como el teclado de un piano; tiene teclas blancas, pero también algunas negras.