Tal como lo enunciase un teórico de la época; "una cantata no es sino un fagmento de ópera" en estos términos, las cantatas de Vivaldi calzan mejor en la definición que las más célebres y elaboradas de J. s. Bach. De hecho, al maestro italiano le basta una voz, y una orquesta relativamente humilde.
Pero aquí no terminana las complicaciones: a sus cantatas de tema religioso (y con letra en latín) Vivaldi las llama "motetes" (no confundir con las obras homónimas del renacimieto y urdiembre polifónica)

De la autoría de Vivaldi su "motete" sacro In furore iustissimae irae



La partitura (musicalmente hablando)es sencilla, pero de un vigor increíble.