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Dos veces vi las cenizas de alguien que había sido cremado. Las de un colega de trabajo, y las de la madre de una amiga.
Hoy en São Paulo y Río de Janeiro, me atrevería a decir que son más los que deciden ser incinerados, que enterrados. Y pienso que es una cosa buena. No pienso morirme todavía, pero creo que voy a elegir ese destino para mi envase.
Ahora….Hay que dejar bien en claro que es lo que uno quiere que hagan con sus cenizas. En el internet vi algo bastante simpático: La urna con las cenizas, y un hermoso arbolito.
Digo esto, porque hay casos en que hubiera sido mejor servir de alimento a los gusanitos. El roquero Keith Richards, andaba medio “zarpado” y se confundió de "polvo", y se inhaló su padre.
Fue emocionante, cuando mi amiga esparció las cenizas de su madre en la playa de la Barra. Al contacto con el aire y el sol, brillaron como pequeños cristales que se confundieron con el mar.
Fue bien bonito.
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