PROGRESOES LEY, (LEY UNIVERSAL DEL PROGRESO).

El punto de partida de la humanidad fue la infancia, para decirlo asì, de su desarrollo intelectual y moral. Esta dualidad se fue estimulando a travès de las vidas sucesivas, (reencarnaciòn), hasta llegar al estado intelectual y moral de hoy. Esto es civilizaciòn.
Si Dios creara el alma o espìritu en el momento del nacimiento del ser, entonces, por lògica deberìamos tener en la actualidad la misma inteligencia y la moralidad de los cavernìcolas.

Al reencarnar, el ser trae en su inconciente todo su estado evolutivo logrado hasta el momento de la nueva vida, y en su subconciente trae los propòsitos hechos para el desarrollo intelectual y moral de la nueva vida que empieza. ¡Eso es progreso! ¿Por què? Porque los ultimos logros y propòsitos no se parecen en nada a los de sus "pinitos" espirituales. Es el progreso lo que le hace evolucionar, y su evoluciòn es por obra y gracia de su afàn de progreso. La Ley del Progreso es una ley universal natural.

Muchos, pero muchos que aùn creen que el alma es insuflada por Dios al cuerpo naciente, explican que Dios, al momento de la insuflaciòn, hace cada vez màs perfecto al hombre, y es por esa razòn que el hombre no continùa con la inteligencia y la moralidad de los cavernìcolas. O sea, que el progreso intelectual y moral que tenemos en la actualidad, es sòlo un regalo de Dios y no nos ha costado sudor y làgrimas lograrlo. Aquì cabe la pregunta: Y si esto es asì: ¿Por què Dios no se molestò en hacer eso desde el principio? Eso convierte a Dios en imperfecto. Ademàs, lo convierte en injusto ya que El crèo a estos cavernìcolas semi animales que pasaron màs trabajo que animal de carga mientras nosotros, en esta època nos estamos sobando la barriga viendo televisiòn. ¿Es eso justicia divina? ¡Por supuesto que no! Nostros sabemos que Dios es soberanamente justo.

Por medio de sus Leyes Naturales que rigen el Universo, y entre ellas, la Ley del Progreso, el ser humano va en un camino evolutivo siempre ascendente, vida tras vida hasta lograr su superaciòn o perfecciòn espiritual, o sea, espiritu sabio y perfecto moral. ¡Eso es progreso!

Todo empezamos en el mismo punto, ignorantes espirituales, o para llamarlo de otra manera, infantiles espirituales, en el inicio de una marcha progresiva hacia la perfecciòn. Pero al igual que los estudiantes de nuestro plano de vivientes, unos llegan antes y otros despuès a la meta por alcanzar, pero eso sì, ¡todos llegan a esa meta¡, tarde o temprano, todos llegan. Asì tambièn empezaron Jesùs, Buda, pero tambièn Marìa Garcìa, Pedro Gonzàlez, etc. Dios no hizo a nadie perfecto o con angelitud. Trabajo que les costò a estas entidades perfectas su logro. Por eso, el que diga que Dios hizo a alguien perfecto, està acusando al presunto perfecto de vago, y a Dios de injusto por preferente.
La pureza espiritual es una consecuencia de la inteligencia. Un espìritu puede llegar a sabio, (saberlo todo de todo), pero aùn tener sus fallas moralmente hablando. No es lògico pesar, y aùn decir, que la sabidurìa marcha a la par con la moralidad. De eso tenemos varios ejemplos entre los vivientes.

Nuestra inteligencia es valiosa para conseguir nuestro progreso material y moral, pero en ocasiones nosotros abusamos de nuestra inteligencia para conseguir nuestro progreso material a cualquier costo, asì el conseguirlo lo logremos con inmoralidades, como la corrupciòn entre otras. Pero, poco a poco, vida tras vida, esa misma inteligencia nos hace cobrar conciencia de lo malo y lo bueno, y de esta manera, aumentar la responsabilidad de nuestros actos y medir las consecuencias de ellos. Cada vez nuestros actos seràn màs apegados a la moralidad, hasta convertirse nuestros actos èticos en algo natural.
Cuando ello suceda, siempre haremos sòlo el bien, y allì empieza el camino de nuestra pureza espiritual.

El progreso no se puede parar, pero sì sufrir estorbos en su buena marcha. La gran responsabilidad de las religiones es la de elevar la moral del ser humano, y no dejarla estacionada ni momentáneamente ni por siempre. Esa serà ante Dios la responsabilidad, de los que administran las religiones.

El “perdòn de los pecados” estaciona el progreso moral del hombre porque se acostumbra a èl y esto no lo deja progresar moralmente. El hacerle creer que limosnas y oraciones perdonan sus faltas, es cobrar por mantener al hombre atrasado en su moral. Màs bien al hombre tendrìan que pagarle por este atraso, pero como no lo hacen, ya pagaràn por el daño causado.

El progreso, a pesar de los que lo entorpecen, se nota porque conservando el hombre el recuerdo intuitivo de la necesidad de su progreso moral, no hace caso a los ratardatarios de su progreso. Tanto el que retarda el progreso ajeno como el propio, se endeudan con la Ley de Causas y Efectos.

En una oportunidad, en una sesiòn de investigación, al espìritu de una cèlebre mujer se le preguntò: ¿Por què el estancamiento de las religiones? ¿No va eso en contra del natural progreso?
Nos respondiò: “Lo que a ustedes les parece estancamiento, es relativo. Estàn estancadas las religiones mas no los religiosos. Los que fueron religiosos en vidas pasadas, y al llegar al espacio vieron su equivocación, sufrieron por ello. Han reencarnado y ahora algunos tratan de enmendar dentro o fuera de la misma religión, el daño causado. Se han convertido en crìticos implacables pero constructivos desde fuera, y efectivos reformadores desde adentro.
Por el mismo progreso que los empuja, continuò el espìritu, las plazas dejadas por estos espìritus que hicieron conciencia de su equivocación, son ocupadas por otros menos evolucionados que ellos.”

En todo palpamos el progreso del hombre, tanto moral como intelectual, Nos basta con leer la historia del mundo, (pretensiosamente llamada Historia Universal), para darnos cuenta de nuestro progreso.

Asì como es sano el progreso intelectual y moral, bien sano es nuestro progreso material. Mientras màs capacitado el hombre, màs acceso tiene a las comodidades que nos da el progreso material. Ese tipo de progreso, el material, no està reñido con la Ley del Progreso, a no ser que por conseguir bienes y comodidades, incurramos en cualquier tipo de delito.

Pròximo escrito en este mismo tema: NUESTRA CONSERVACIÒN, (LEY UNIVERSAL DE CONSERVACIÒN).