La diferencia es que a Cristo se le reconoce como Hijo de Dios no por su muerte y resurrección sino por su palabra, Así fue como Pedro lo reconoció primero. La muerte y resurrección de Cristo es no para la compasión, sino para la reconciliación. Aquellas mujeres que lloraban al paso de Cristo cargando la cruz Cristo les dijo que no llorasen por él sino por sus hijos quienes se resisten a creer en él. Y por la suerte que dicha infidelidad a su testimonio les acarrearía con la destrucción de Jerusalén:
Lucas 23, 28 - 31
28 Jesús, volviéndose a ellas, dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por
mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos.
29 Porque llegarán días en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, las
entrañas que no engendraron y los pechos que no criaron!
30 Entonces se pondrán a = decir a los montes: ¡Caed sobre nosotros!
Y a las colinas: ¡Cubridnos! =
31 Porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué se hará?»
De modo que no se reconoce a Cristo por un pseudo chantaje, sino por su ley, por su doctrina. Pedro reconoce a Cristo como Hijo de Dios antes de siquiera subir a Jerusalen para su última pascua.
Mateo 16, 15 - 21
15 Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?»
16 Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.»
17 Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de
Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que
está en los cielos.
18 Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
19 A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la
tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará
desatado en los cielos.»
20 Entonces mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie que él era
el Cristo.
21 Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él
debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos
sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día.
Aquí es evidente que la misión salvífica de Cristo es revelada solo después que Pedro le reconoce como el Hijo de Dios.
Así también quienes oímos de Cristo, quienes recibimos el Kerigma, no recibimos primero un anuncio de muerte y resurrección de Cristo, sino el suceso de su venida de su ley y finalmente de su Muerte y Resurrección. En ese orden. Y resulta bastante dramático el ir reconociendole como el autentico Dios y después encontrarse que su propio pueblo le entregó a la muerte. Pero cristo resucitó y nuetra fe está en ese suceso que Él quien por su enseñanza ha transformado el mundo no solo murió y dejó de vivir sino que VIVE y REINA con el Padre.