La autocrítica no nos gusta a nadie. Hay que ser muy valiente y honesto para tener el coraje de criticarnos a nosotros mismos. Si te fijas, nadie lleva bien que lo critiquen. Es más, incluso los criticados tienden a criticar al criticador para deslucir su crítica antes que reflexionar si esta pudiera tener algo de consistencia y hacer frente a los defectos o deficiencias que otros ven en nosotros y que nosotros nos negamos a reconocer.
Es fácil que la ironía o el chiste no se entienda por aquellos que no están capacitados para hacerlo. Esto puede ocurrir por dos cosas:
Una es la incapacidad de tu interlocutor para entender algo que tú entiendes perfectamente y la otra la diferencia cultural entre tú y aquellos que han de entender el chiste.
¡No pasa nada! ¡Alégrate de que no se te entienda! La diversidad enriquece, la monotonía ¡¡¡aburre!!
Un saludo.