Decía hoy que, tratando de no interferir en un hilo que hay sobre el tema, reflexionaría un poquito sobre Las Palabras. Solo un poquito. Y me vino la idea porque, como contaba, buscando otras cosas entre papeles viejos o por lo menos usados, me encontré una frase de un tipo al que admiro mucho, que dice:
"En suma, desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas como nos son dadas".
Me sentí muy identificado con las palabras del Jefe, toda vez que las palabras -escritas o no-, son de alguna manera la forma -una de las formas, claro, y en general la principal- que adquiere el pensamiento para expresarse. Sin embargo, sin embargo..., siempre hay un sin embargo..., la utilización de las palabras en buena medida sirve también para esclerosar, más aún, se las utiliza para esclerosar.
Y me vino a la memoria un ejemplo, que por esas cosas de relacionar cosas con cosas leí hace pocos días. Cuentan que allá por la década del 40, el poeta Nicolás Guillen reservó una mesa para dos en el más conocido restaurante de su país, y se presentó a la hora reservada con la más ampliamente conocida prostituta de su ciudad, ante lo cual el encargado de recibirlo lo llamó aparte y le manifestó que no podría atenderlo, ya que la señora que lo acompañaba era de "dudosa moral". A lo cual, Guillen contestó: "¿Dudosa? De ningún modo señor, se trata de una excelente prostituta. Luego habrá que determinar que significa la palabra "moral" para usted".
"Dudosa moral", es una de las cápsulas que terminan por moler las palabras, vaciarlas de contenido o peor, darles un contenido distinto al que realmente tienen.
Volví de mis recuerdos de la anécdota de Guillén, y me puse a pensarlo dentro de lo que decía la frase del Jefe. Porque "dudosa moral" es una de esas "cosas dadas" a que creo que se refiere, y hay tantas, pero tantas, tantas... Y se me ocurrió que mi identificación no era gratuita. Porque las palabras deben, siempre, pero en épocas como éstas más, rellenarse de sus contenidos, y uno, cualquiera, debería ir con ganas a ellos. A menos, claro, que acepte las cosas como nos son dadas.
Como creo poco en muchos "dadores", me puse a buscar, y buscando buscando, me encontré con esto del Jefe. Vale la pena leerlo.
http://lists.indymedia.org/pipermail...e/0703-yo.html

Chau