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Extracción de implantes
Derrel Sims, es quizás el mayor especialista mundial en implantes. Director de la publicación Houston UFO Network, Sims ha trabajado con el Dr. Roger Leir, fundador de la Foundation for Alien-Human Research, una organización que ha encontrado en los últimos años más de 30 implantes en los cuerpos de abducidos. Ambos investigadores han anestesiado por medio de la hipnosis a varias de estas personas y han logrado extraerles diversos tipos de implantes.
Los recelos que los demás investigadores podían tener se esfumaron ante la documentación científica y visual aportada por Sims en su ponencia y también en charlas privadas con ellos. Cartas e informes científicos de las más importantes universidades y centros de investigación de Estados Unidos y de países europeos respaldan una teoría que para algunos puede parecer descabellada: unas entidades no humanas están implantando en seres humanos objetos que no son producto de nuestra tecnología.
Uno de los métodos desarrollados por Sims y Leir para detectar posibles implantes consiste en iluminar con luz ultravioleta el cuerpo del supuesto abducido. Han comprobado que las marcas indelebles ocasionadas por el contacto físico con los EBEs y las cicatrices dejadas por una operación de implante se ven fosforescentes bajo la luz ultravioleta. “No conozco la causa, pero hasta un 31% de los abducidos sufren alergia a la procaína, un tipo de proteína. Un abducido acudió al oftalmólogo y éste quiso suministrarle procaína en gotas para dilatarle la pupila, a pesar de las advertencias del paciente. El hombre entró en coma”, explicó Sims.
Otra característica común a los abducidos es el síndrome post-traumático de estrés, muy parecido al que manifiestan los soldados que van a la guerra. Muchos experimentan recuerdos de su abducción en forma de flash, es decir, de imágenes caóticas que pasan por su mente a gran velocidad.
Experimentos con ADN
Algunos de los implantes extraídos por Sims y Leir se hallaban bajo la piel de sus pacientes. “No había una respuesta inflamatoria a dichos implantes, algo totalmente anormal puesto que se trata de un cuerpo extraño en el organismo. El tejido que los envuelve es de tipo nervioso y el núcleo del implante es a veces metálico y fuertemente magnético; en otras ocasiones se trata de materiales de origen meteorítico. Algunos están ligados a un nervio principal e incluso recubiertos por una membrana negra y fuerte que, según los análisis, está compuesta por hemosiderina, una especie de proteína de la sangre”, explica Sims.
¿Cómo explicar esa ausencia de rechazo de cuerpos extraños? Sims tiene una teoría: “Quizás el material biológico que recubre el cuerpo principal del implante contenga ADN del mismo abducido. Los EBEs pueden haber extraído material genético del paciente y haberlo sometido a un caldo de cultivo para fabricar la capa que recubra el implante, de forma que no exista rechazo”, razona el investigador.
Una sociedad demasiado perfecta
“La sociedad de los EBEs sería muy aburrida para nosotros, sin diversiones, sin música, sin arte... sin alegría en suma”. Así lo piensa David Jacobs, uno de los más prestigiosos estudiosos de abducciones de Estados Unidos. Sus afirmaciones se basan en su teoría de la “sociedad telepática” integrada por nuestros visitantes extraterrestres. “En el 95% de las abducciones, la comunicación entre el secuestrado y los EBEs se lleva a cabo por medio de telepatía”, expone Jacobs.
“Una sociedad telepática supondría la supresión de la privacidad del individuo, pues todos o casi todos se enterarían de lo que pasa por la mente de los demás. A raíz de ello, las cualidades personales mermarían, habría más uniformidad en el comportamiento del individuo y menos satisfacción personal”. “Se puede constatar que los actos de los EBEs secuestradores son fríos, sin pasión. Parecen estar concentrados solamente en el análisis clínico de los secuestrados. A veces intentan eliminar el dolor del paciente, pero no sabemos si lo hacen por compasión o para evitar que el estrés producido al abducido perjudique el resultado de sus experimentos”.
El comportamiento de los Ebes es comparado por Jacobs al de ciertos insectos de vida colectiva, como las abejas o las hormigas. “Es probable que entre ellos el grupo sea más importante que el individuo”, afirma. Tal vez el bien y el mal, como nosotros los entendemos, no existan para los EBEs. Muy rara vez, según demuestran las experiencias de los abducidos, estas criaturas manifiestan sus sentimientos. Al faltar una expresión de individualidad, está también ausente el sentido del amor hacia sí mismos y hacia los demás. Sus rostros son inexpresivos y no emplean una gestualidad facial o corporal como nosotros”,
La ironía, el sarcasmo o las variaciones del tono de la voz, en consecuencia, no existen en la “sociedad telepática”. “Pueden irritarse, pero no enojarse profundamente. Es posible que tengan relaciones sexuales con el abducido, pero nunca expresan amor; sólo es un acto mecánico de carácter reproductivo. Queda claro que esta sociedad alienígena está orientada hacia el trabajo y el grupo.
¿Has sido abducido?
b.a
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