
Iniciado por
EsquizOfelia
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Hace muchos años en una ciudad del interior de Brasil, una mujer se internó en el hospital para tener su bebé. Nació una linda y sana niña, que llenó de alegría al matrimonio y familiares.
Antes de ser dada de alta del hospital, una enfermera llevó la bebé para hacer el último examen de rutina. Nunca más los padres volvieron a verla.
De la desesperación, pasaron a la tristeza desesperada, a sufrir la incompetencia de las autoridades del hospital, que permitieron la entrada de esa falsa enfermera, y de la policía, que no encontraba la menor pista.
Nunca desistieron de la búsqueda durante décadas. ¿Qué datos podían ofrecer a la población para que esta pudiera ayudar? NADA. Apenas una foto de un bebé recién nacido, un certificado de nacimiento, y un retrato hablado de la secuestradora.
A medida que pasaban los años, ya la prensa no le brindaba ni un segundo, ni un centímetro, para gritar su tristeza y ansias de que la justicia fuera hecha.
Un día…una carta anónima.
Ahí decía que una empresaria de tal ciudad, era la que había robado a su hijita.
Se imaginan la desesperación, la alegría, las dudas, todo eso asaltando la pareja que inmediatamente se dirigió a las autoridades. Ahí comenzó otro nuevo periplo, que sí es desesperante: La burocracia.
La empresaria presentó toda la documentación en regla. Todo registrado, todo original, todo auténtico. Los supuestos padres genéticos estaban perdiendo esa lucha.
La prensa ahora sí les dio total cobertura. A la supuesta madre genética, y a la madre “verdadera”. Yo era una que tomaba por cierta la maternidad de la empresaria. No recuerdo si 3 o 4 hijos, muy bien criados y educados, ya algunos en la facultad, y sobre todo con el coraje que defendían a su madre, de la “paranoia” de ese matrimonio, que reclamaba algo que no era suyo.
La justicia para tratar de acabar con el diferendo -parecido al del Círculo de tiza caucasiano- solicitó a la empresaria y su hija a hacerse un examen de DNA, lo mismo que a la familia reclamante. Como la ley no puede obligar a eso, la empresaria y la hija se negaron, alegando que si lo hicieran, demostrarían dudar la una de la otra.
Pasaron las semanas y un Comisario de la ciudad donde vive la empresaria, la invitó a tener una conversación amigable. Allá fueron las dos mujeres. El Comisario trató de hacerlas entender que sería bueno que aceptaran hacer el test, para que de esa manera enterrar de una vez ese caso, que lo tenía demasiado ocupado, descuidando su personal de otras tareas más importantes para toda la comarca. Las dos mujeres se negaron, saludaron, y se marcharon.
Ahí el Comisario hizo algo horrible: juntó del cenicero los restos de cigarro que dejó la hija, y los mandó a analizar. Resultado: Coincidían totalmente con los del matrimonio reclamante. No solo hizo eso, sino que llamó a la prensa, y mostró a todo el Brasil las pruebas.
Por fin, terminó la búsqueda desesperada. La incertidumbre. Habían encontrado su hija!!!
Pero el revuelo no paró por ahí. Ya otros padres que vivían la misma situación, habían reclamado que sus hijos habían sido secuestrados al nacer por la misma ”enfermera”.
Efectivamente. Todos los hijos de la empresaria, habían sido secuestrados por ella.
Repercusiones legales: La empresaria fue presa por secuestro y otras yerbas. Pero…liberada, ya que las pruebas acusatorias, habían sido obtenidas ilegalmente por el Comisario, sin el consentimiento de los reos.
Se imaginan que los secuestros fueron por lo menos 30 años atrás, pero como se descubrieron a pocos años, esa parte la tengo bien guardada en la memoria.
Recuerdo la declaración del Comisario el día que fue destituido:
-:“Reconozco que usé caminos nada ortodoxos para descubrir la verdad. Hoy perdí mi cargo. Pregúntenle a los padres genéticos si soy culpable”.
PD:
Por favor. Si alguien encuentra algún paralelismo con el caso del Juez Garzón, es pura coincidencia.
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