No estoy muy enterado de la situación real de Corea del Norte, pero de acuerdo con esos "edictos" que se mencionan en el artículo me es difícil imaginar que en pleno apogeo de la globalización (en el buen sentido de la palabra) alguien maneje las vidas de un grupo de personas al punto que en la biografía "oficial" se afirme que no defecaba o que era símbolo de moda internacional o que su cumpleaños se celebraba a nivel mundial.
Es sabido que el hermetismo de ese pueblo es grande, peeeero, de ser cierta esta información, el asilamiento rebasa los límites de lo imaginable.
Me nace una pregunta: ¿Fue tan virtuoso que hasta él mismo se creyó la falacia o estaba consciente del engaño?
Mi pena es sencilla y nada misteriosa y, como tu alegría, por cualquier cosa estalla.