Aaaaaaaaaaaajajajaja, espera, espera, hermano, que lo que acabas de escribir es blasfemia para los que son asiduos a la barra de hierro.
Fíjate que mi Dios es más inteligente que el de ellos, porque te respondería: '¡Y tú también, wey!', jaja, ocas, no. No sé qué pensaría mi Dios pero sé que no me castigaría ni rechazaría por el hecho de mentársela o de no pagar diezmos o de no ir, cada domingo, a la Iglesia.
Mi Dios, es un Dios bien buena onda.
Mi Dios, no se enoja ni castiga.
Mi Dios, no es humano...