El Cuco, no es tonto, pero nos toma a todos por tontos, y de hecho sólo convence a los tontos, que son los que acaban pagando el peaje que impone el Cuco por dejarse embelesar por sus "zarandajas". El Cuco, ofrece caramelos y fiesta...¡faltaría más! ¿Quién va a querer trabajo y esfuerzo?. El Cuco, al ser tan cuco, necesita que nadie revele su identidad, y por eso, si alguien le ve la verdaddera cara al Cuco.....¡mejor quitarlo del medio! ¿banearlo? ¿acallarlo? ¿defenestrarlo? Da lo mismo, el Cuco necesita de los tontos y a por ellos va. Los listos le son ¡tremendamente incómodos!