Cuadro de Francisco de Goya (Aquelarre), y poema de Sergio Ernesto Ríos (Toluca, México, 1981-)
NON VOLUNTARIS
"Yo era estúpido porque no sabía que sólo
la poesía estúpida es en verdad atrayente y fascinadora"
Arturo Carrera
Habremos de corregir
la osamenta del perro
la extremaunción
del amor aturdido
casi el pasito nupcial
en la suficiencia
de una caricia
no en monótono
repliegue
el aislamiento cándido
la onomatopeya volátil
por el hocico abierto
no se llama pereza
aunque
el músculo de la fatiga
bebe una familia
de quince cucarachas
en mestizo aguardiente
los bálsamos de San Gaspar
bebemos también
en la torpeza vertebral
alicaídos
no era una canción de los sesenta
su hermano asaltó
a cuatro turistas
cuando salían del banco
y luego hubo heroína
y noches en el desierto
que gritaba
que dios es un puerco
que dios no es un venado
que dios tiene un collar de jazmines
y un rostro terciopelo
pero es un cerdito
con la cola espiral
por todos conocida
de Tecate
era él
y cruzaba a San Diego
porque parecía gringo
aparezco en la cárcel
con mi hermano pequeño
esa misma noche
el rompe algunos parabrisas
yo arranco los teléfonos
sangra su mano derecha
mordida por estalactitas
sólo quería llamarte
arrancar desa costilla pública
tu huída
descifrar los telones
que ya han caído
estamos sordos
entre los cencerros
de aquella provincia
el calor mece
el soplo rudimentario
de las estrellas
tuerce el histrionismo
tuerce la ebriedad
ahí
como el feto
de un murciélago
en oscuras ceremonias
la nariz
no desconoce el nervio
de una luna baja
justo ahí
llueven los tábanos
salpican las tijerillas
escupen los alacranes
su ignorancia gradual
y no hay otro veneno
lejos de tus manos
no hay nueve meses
famélicos
no hay hecatombe simple
pero nos despedimos
el rencor sonámbulo
también
quiero el pelo blanco
de aquel personaje
en el laberinto de París
ella lee cada estertor
la bilis
como un guante
de bruja
claroscuro
la duquesa colibrí
junto al sauce
el deseo predador
o lavar los sesos
con un gesto siamés
comience el trote
metafísico
el corazoncito lánguido
la querella de novelón alpino
de amantes disecados
improvisara
la nieve egoísta
diminutivos
negaciones pasajeras
enferma
como un hada
que cuelga arrogante
de mi abrigo inglés
sucede el despertar intonso
de los cuerpos sometidos
al sueño
está llorando en mi cama
un metal narcótico
un metal pausado
la legra
se internó en tu vientre
como un cardo
que cocinara
el temor materno
llora toda la noche
no entiende la orfandad
no le contaré de la cárcel
apuntes de lobotomía
en la cabeza
me confunden con un militar
proscrito
ríen de nosotros
tres policías
estoy descalzo
y camino sobre el excremento
desborda un vómito azul
nuestros lechos de piedra
que cagamos
que aullamos
que insultamos
la Verdad en esa celda
nos repiten
nos repiten
cuando nos condenan
rayo una profecía absurda
en la pared íntima
de la celda
rayo con vómito azul
esa orfandad
y hablo el idioma
de los simios
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