Qué lindo lo que escribiste!

Es tan bueno escuchar que en algún rincón del planeta alguien se preocupa por hacer una procesión por alguien de carne y hueso. Por alguien que realmente nació, vivió y se murió sin tener que resucitar. Sin milagros prefabricados o mal contados. Simplemente dando rienda suelta a los instintos que el Creador le dio.

Don Genarín se tomó todo y depositó sus genitales en cuanta morada encontró.
Me hizo acordar al libro de mi paisano Jorge Amado “Doña Flor y sus dos maridos”.

¿Cómo no va a merecer ser recordado?


...