Ah, Diablo, qué buen tema.

Cuando comencé a leer las verdaderas historias y me alejé de las cursilerías de Disney, me enamoré.

Es probable que una vez que me reproduzca y tenga mis "chilpayates" no les relate estas historias... ninguna de las versiones; buscaría cuentos que no sean una bofetada de cursilería y materialismo al estilo Disney o Barbie
pero que tampoco me los deje traumados.

Pero ese es el tema de los niños; les recuerdo que los cuentos no son sólo para ellos; muchas veces cometemos el error de olvidarlo.