La humanidad es algo tan poco "natural" que me extraña.
Hay una conjunción ideal en lo que se puede llamar El Mundo, entre animales, plantas, bacterias y demás. Y, como si fuera un zorro en un gallinero, un oso ante un panal, una hiena ante un cadáver putrefacto, está el hombre. Esa raza que no cierra con todo lo demás. No hay forma de que encaje. El hombre. Esa plaga inútil que sólo sirve para autosatisfacerse a cualquier precio. Todos buscando por aquí y por allá el sorbo de sangre del otro que
lo mantendrá vivo ese día, solo ese día, luego por las noches, la sed, la sed otra vez y ese impulso de querer salir a matar y que por nada del mundo nos esforzamos por apaciguar, por calmar. Es que, quizás nada se puede hacer contra esa naturaleza, aparentemente nada natural.
La humanidad es indefendible. Sólo los humanos pueden defender a los humanos. Y, lo más triste, es que se matan entre ellos.