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Hasta este final de semana se me complicó de tal manera bajar a Río de Janeiro, que recién hoy por la mañana pude zafarme de mi trabajo en el norte. Y eso que este domingo era sumamente importante. Primero para ponerme en contacto con Uds. y segundo, porque eran las Elecciones Municipales (aunque no lo crean, ese es el orden prioritario).

Más de 128 millones de brasileros estábamos habilitados para elegir Prefecto (Intendente-Alcalde) y Vereadores (Ediles).

En estas elecciones suceden cosas particulares. Nunca antes un presidente tuvo los índices de popularidad y aprobación a su gestión como tiene Lula (80%). Sin embargo los votantes en estas elecciones votan por la persona, no por el partido. Es algo más regional, tiene ingredientes diferentes a las elecciones nacionales. Es muy posible que los postulantes sean vecinos nuestros, o hayan sido compañeros en el colegio. O como mínimo amigo de un amigo. Se vota más por simpatía que por lo que los grandes partidos mandan.
Yo que siempre voté por el Partido de los Trabajadores en las elecciones nacionales, no iba a votar para Intendente-Alcalde el apoyado por Lula.

Como aquí en la ciudad de Río ningún candidato llegó al 50% más un voto, habrá segunda vuelta el 26 de Octubre. En estas si que voto.

Una cosa preocupante: El voto es obligatorio para todos los mayores de 18 años. Los que tienen 16 años al día de las elecciones, tienen la facultad de votar por libre voluntad. Según las encuestas, cada vez son menos los que en esta faja usan ese derecho.
La juventud cayó en un descreimiento total sobre la política y los políticos.
Realmente una pena, no?

Los culpables de esto son la corrupción impune y las falsas promesas, pero
ojalá nunca les toque sentir el deseo de votar, de elegir sus representantes, y que cuatro gorilas no se lo permitan.

Ojalá que no.


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