Cualquiera que lee los textos bíblicos hace dudar su fe, hasta eventualmente destruirla.
Por eso los pastores prefieren predicar las biblias y rezan que sus ovejas no lean sus biblias.
Lo realmente extraño y objeto de estudio sería el por qué existen creyentes y seguidores de doctrinas sanguinarias, asesinas y dictatoriales. Eso son problemas masoquistas.