Retiros, ofrendas, diezmos... un viaje inédito al negocio de las iglesias evangélicas hispanas

Obra de Orange, iglesia del pastor costarricense Andy Zamora, es un ejemplo de cómo muchas pequeñas iglesias evangélicas regionales han encontrado un nicho de negocio en la fe

Orange County, California.- Es un domingo soleado de principios de otoño. La iglesia Obra de Orange, del pastor costarricense Andy Zamora, se prepara para la celebración del servicio religioso. Afuera, los voluntarios disponen en mesas los productos a la venta: aceites benditos, hojas impresas y engargoladas como libros de enseñanza, biblias en reventa. Cuentan que trabajan gratuitamente para el templo unas 15 horas a la semana.

Adentro, un equipo de seguridad, integrado en parte también por voluntarios, resguarda el servicio. No quieren que las cosas se salgan de control si hoy –como otras tantas veces– alguno de los fieles se tira al suelo, gritando y contorsionándose. Finalmente, muchos de quienes asisten a este templo buscan presenciar su principal atractivo: la supuesta remoción de demonios por medio de oraciones y exorcismos.

Obra de Orange es un ejemplo de cómo muchas pequeñas iglesias evangélicas regionales han encontrado un nicho de negocio en la fe. El término “negocio” fue utilizado por el mismo Zamora en una entrevista con Univision. Al relatar el crecimiento de su iglesia, afirmó que Dios lo estuvo probando durante los primeros años de pobreza y escasez. “Porque si uno le tiene amor al dinero dice esto no es negocio, y se va”.

La fama de supuestamente sacar demonios del cuerpo le ha valido a Obra de Orange su crecimiento y expansión a cinco países, según Zamora. De 30 personas que asistían a su culto en los años 90, ahora más de 1,000 se congregan cada semana para escuchar al pastor Zamora en Orange. Además, tienen iglesias afiliadas en México, Nicaragua, El Salvador, Colombia y nueve estados de Estados Unidos.

En 2015 los secretos de Obra de Orange comenzaron a ser ventilados por medio de videos en Internet. La fuente era Hannia Gastelum, la hija de su pastor principal. Hannia cree que, en parte, el crecimiento de la obra se debe a su ejército de voluntarios a quienes, dice, no se les informa cómo se maneja internamente el dinero recolectado por la iglesia.

“Esclavizan a la gente desde las 6:45 de la tarde hasta la una, dos o tres de la mañana. Ellos ponen gente profesional que vienen con el amor de buscar a Dios a limpiar toilets”, dijo Hannia.

“No necesitamos gente aquí inteligente que cuestione nada. Necesitamos brutos que no cuestionen, todo es por misterio y todo es por fe”.

Los empleados de mayor confianza en Obra de Orange afirman que las ofrendas han mejorado y ya colectan entre 15,000 y 20,000 dólares cada domingo en Orange County. Univision logró entrar al templo y conocer cómo gana dinero Obra de Orange que, como muchas iglesias evangélicas hispanas en Estados Unidos, está registrada ante el gobierno como organización sin fines de lucro y por lo tanto no paga impuestos.