
Iniciado por
KIMO
Quien pecó en Edén fue solo un humano perfecto, Adán, no Dios.
Por eso, para que en verdad el rescate estuviera en conformidad con la justicia de Dios
tendría que ser estrictamente equivalente... un humano perfecto, “el último Adán”.
OJO POR OJO.
Así pues, cuando Dios envió a Jesús a la Tierra como rescate,
hizo de Jesús lo que satisfaría la justicia:
no que Dios se hiciera carne, no un Hombre-Dios,
sino un hombre perfecto, “inferior a los ángeles”. (Hebreos 2:9; compárese con Salmo 8:5, 6.)
¿Cómo podría parte alguna de una Deidad todopoderosa
—Padre, Hijo o espíritu santo— ser alguna vez inferior a los ángeles?
Ya vemos a Jesús —que fue hecho un poco inferior a los ángeles
— coronado de gloria y honra por haber sufrido hasta el punto de morir,
para que por la bondad inmerecida de Dios él probara la muerte por todos.
(Hebreos 2:9)