“EL DINERO es para una protección”, afirma la Biblia (Eclesiastés 7:12).
Como el dinero sirve para conseguir comida, techo y ropa, nos protege contra las penurias derivadas de la pobreza.
Y lo cierto es que con él puede comprarse prácticamente cualquier cosa material.
A esto se refiere Eclesiastés 10:19 al decir que el dinero “tiene buena acogida en todo”.