(Hebreos 10:5-10)
Así que, cuando él entra en el mundo, dice:
“‘No quisiste ni sacrificios ni ofrendas,
pero me preparaste un cuerpo.
6 No aprobaste ni ofrendas quemadas ni ofrendas por el pecado’.
7 Entonces dije: ‘Mira, he venido (en el rollo está escrito acerca de mí)
para hacer tu voluntad, oh, Dios’”.
8 Primero dice:
“No quisiste ni aprobaste sacrificios
ni ofrendas ni ofrendas quemadas ni ofrendas por el pecado”,
que son sacrificios
que se ofrecen según la Ley.
9 Y luego dice: “Mira, he venido para hacer tu voluntad”.
Él elimina lo primero
para establecer lo segundo.
10 Por esa voluntad hemos sido santificados
mediante el cuerpo de Jesucristo,
que fue ofrecido una vez y para siempre.