No hace muchos años, la Iglesia pregonaba que existía: El Cielo, El Purgatorio, El Infierno y El Limbo. Este último era en donde iban a parar las almas de aquellos que no habían nacido, los imbéciles, aquellos que habiendo nacido no se enteradon nunca de la misa la mitad... y luego, cuando empezó a funcionar el teléfono alrededor del mundo, y las noticias corrían más rapido que la pólvora, se dieron cuenta (más adelante) que tenían que suprimirlo porque ya empezaba a haber voces que decían que si todo aquello era cierto, también los creyentes tendrían que ir destinados al Limbo y no en otro lugar, se vieron obligados a cancelar y anular el viaje al Limbo como recompensa a lo que cada uno se merece según sus capacidades y meritos...

O sea, que si desapareció el Limbo, fué gracias a los creyentes ya que siempre fué destinado para ellos, pero como la gente no se enteraba... pues eso.