Como ves, la sangre de Jesús es la sangre del Nuevo Pacto, y el Nuevo Pacto nos entrega la ley que verdaderamente fue dada por Dios a Moisés y al pueblo de Israel. Y esa Ley es la que Jesús nos enseñó cuando predicó el Evangelio y sus misericordiosos mandamientos y anuló los mandatos del Antiguo Testamento que mandaban a los hombres penas de muerte, guerras, esclavitud, sacrificios y matar a hombres, mujeres y niños de los pueblos a los que invadían.
Por eso, a lo que vino Jesús es a enseñarnos la verdadera Ley de Dios y sus misericordiosos mandamientos. Por eso dice la escritura que las costas esperarían la Ley de Jesús