En este tema he hablado un poco sobre la Biblia como libro. Algunos datos de los expuestos seguramente eran desconocidos por algunos. Un dato interesante sobre la Biblia es el siguiente:
los judíos de tiempos de Cristo habían tenido al último profeta que habló como enviado de Jehová, Malaquías, hacía más de 4 siglos atrás. Sin embargo, en el tiempo transcurrido entre Malaquías y el ministerio de Jesús, los judíos escribieron algunos otros libros que aun hoy conocemos y se pueden leer en algunas versiones bíblicas, como los Macabeos. Lo curioso del asunto es que ninguno de esos libros fueron considerados por los judíos como parte del canon de las Escrituras inspiradas. Ellos, aunque dividían las Escrituras de una forma distinta a como lo hacemos hoy (y de eso hablo atrás en este tema), sin embargo tenían EXACTAMENTE los mismos 39 libros del AT que hoy en día tenemos en nuestras Biblias. Asombroso, verdad?
Algo parecido sucedió cuando la Iglesia Católica comenzó a recopilar los escritos que los cristianos consideraban como inspirados desde los apóstoles en adelante. Desde que murió Juan a finales del siglo primero, ya no se escribieron más libros inspirados; sin embargo, ese período y años posteriores hubo una gran cantidad de literatura cristiana de escritores que hoy se llaman comúnmente "los padres apostólicos". NO OBSTANTE a eso, la Iglesia Católica NO INCLUYÓ en el canon de las Escrituras inspiradas ni uno solo de esos libros; ellos solo consideraron como realmente inspirados aquellos que se habían completado en el siglo primero. Curioso, verdad?
La conclusión sobre el asunto es ésta: Dios ha cuidado de que en la Biblia que tenemos en nuestros días, SOLAMENTE los libros que Él realmente inspiró con su espíritu a que fueran escritos, formaran parte de ella.
2Tim.3:13 (...) los hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor, extraviando y siendo extraviados.
Dan.11:33 Y tocante a los que tienen perspicacia entre el pueblo, impartirán entendimiento a los muchos. (...)
... 12:10 Muchos se limpiarán y se emblanquecerán y serán refinados. Y los inicuos ciertamente actuarán inicuamente, y absolutamente ningún inicuo entenderá; pero los que tengan perspicacia entenderán.