La ley que Dios dio a Moisés es la Ley de Cristo, la Ley que Jesús nos enseña en el Evangelio y sus misericordiosos mandamientos. Lo que no es Ley de Dios son las leyes del Antiguo Testamento que son contrarias al Evangelio.
El Antiguo Testamento está cargado de preceptos de hombres que faltan a la misericordia y que Dios no había mandado, por eso Jesucristo los abolió.