así es, Elisabet. La misericordia es lo que Dios quiere. Y para que los hombres no se olviden de la misericordia, Jesucristo así les dijo:
"Si hubierais comprendido qué quiere decir: "Misericordia quiero, y no sacrificios", no condenaríais a los inocentes" (Mateo 12:7)