La putanesca no es remedo de barragana, dijo la princesa; no fuere malinterpretada su noble intención por los comensales al celebrar su aniversario de adulterio. Sus amantes aplaudieron borboteando de gozo, ansiando acostarse nuevamente agostados del traqueteo de los caballos de tiro ligero. Apenas se acostaron sintieron miedo de ser atacados por el sueño concurrente de Trump diciendo "TENGO UN PLAN, CREANME", horrible pesadilla y peor despertar con el grito desesperado que llegaba de la oficina donde una vez despidieron al jefe, antes de morir de risa por leer los cuentos que inventan estos mercenarios del lápiz, creativos, engreídos, enamoradizos y muy guapos, con mucha memoria, siempre desafiando al absurdo más rocambolesco de estos pagos, que vive en su fantasia innoble con la putanesca o salsa picante "Piel de Elefante"?, pregunto ella, asombrada por los precios de la soja durante la sequia que la amenazaba cuando no llovia ...