El matrimonio es una institución divina. No es necesario que sea una gran fiesta, PERO tiene que ser una unión de compromiso en que la esposa y el esposo forman un lazo de tres nudos con Dios, no de 20 nudos donde los nudos se sueltan cada vez que quieren.

Cuando Dios creó a Eva se la dió a Adán como esposa. Eso lo enseñó Jesucristo cuando habló del matrimonio y del divorcio:

Mat.19:4 En respuesta, él dijo: “¿No leyeron que el que los creó desde [el] principio los hizo macho y hembra 5 y dijo: ‘Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa, y los dos serán una sola carne’? 6 De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Por lo tanto, lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre”. 7 Ellos le dijeron: “Entonces, ¿por qué prescribió Moisés dar un certificado de despedida y divorciarse de ella?”. 8 Él les dijo: “Moisés, en vista de la dureza del corazón de ustedes, les hizo la concesión de que se divorciaran de sus esposas, pero tal no ha sido el caso desde [el] principio. 9 Yo les digo que cualquiera que se divorcie de su esposa, a no ser por motivo de fornicación, y se case con otra, comete adulterio”.

El matrimonio es el compromiso de dos seres humanos, un hombre y una mujer. No hace falta que se casen en alguna iglesia, porque el gobierno dá certificados de matrimonio. Tienen que hacer un compromiso público de que se entregan el uno al otro, y que establecerán una familia donde criarán a sus hijos, que es la célula más pequeña de toda sociedad.

Las personas del mundo no están bajo esos principios, pero los cristianos respetan el arreglo divino y mantienen un matrimonio honorable:

Heb.13:4 Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el lecho conyugal sea sin contaminación, porque Dios juzgará a los fornicadores y a los adúlteros.

Un matrimonio no es ninguna esclavitud. Si un hombre y una mujer se casan, están demostrando que quieren ser una pareja, o UNO SOLO aunque sean dos. Ambos se comprometen a ser leales entre ellos. Este es el único modo de permitirse la relación sexual aprobada por Dios.

El hecho de que haya habido o haya en la actualidad matrimonios que no se respeten mutuamente o donde uno maltrate al otro, no significa que el arreglo del matrimonio sea un arreglo divino malogrado. Hay millones de personas, cristianas y no cristianas, que tienen matrimonios felices.

LO QUE DIOS HA UNIDO, QUE NO LO SEPARE EL HOMBRE.
No quieran pintar de malo un arreglo que provino de Dios, solo porque a Uds no les guste el compromiso y quieran tener sexo libre a diestra y siniestra.