No sé yo qué tendría que suceder para que un servidor ¡no la creyera, amiga mía!; pero, sea como sea, cuente con ello: NO ha sucedido.
Fijo, pues: su negro sobre blanco, para un servidor, va a misa.
Siempre, en cualquier caso, a sus encantadores pies, mi muy estimada amiga.
Jaume de Ponts i Mateu