A estas alturas, Viole, creo que si alguien llora, yo también lloro...
Recordé que una vez le dije a un chico que trabajaba conmigo, que ya no podíamos trabajar juntos (porque él no era lo que yo necesitaba) y se puso a llorar.
Hasta donde hemos llegado a parecernos, machos y machas, verdá de Dios.
