No debemos andar por ahí confundiendo las consecuencias por culpa de no saber el verdadero significado de las palabras


Decepción es una palabra que viene del latín deceptio (engaño, fraude) y a su vez éste proviene del verbo decipere (burlar, engañar, defraudar), originalmente este verbo era un término de caza y aludía a hacer caer presas y atraparlas mediante una trampa. El DRAE define decepción como "pesar causado por un desengaño", y define a su vez desengaño como "conocimiento de la verdad con que se sale del engaño".

Decepcionarse es salir del engaño, es conocer la verdad. ¿Porqué entonces decepcionarse es decepcionante? He ahí el verdadero trasfondo de la cuestión: ¿Porqué conocer la verdad causa estragos en nuestro ánimo?

Estamos atados a una moral condicionada por la conmiseración, una moral gregaria que rebaja el yo y eleva el nosotros y en esta moral la concepción de decepción/decepcionar como acción del yo está cohibida pues no cabe en el imaginario colectivo que hoy nos rige, no cabe porque no terminamos de aceptar que la sociedad está regida por una pseudo relación parecida a la del titiritero y sus títeres, nos inquieta la idea de ser títeres y nos atemoriza pensar que estamos en el rol del titiritero. Así las cosas, la decepción no es, ni debe ser, nunca motivo de tristeza o desanimo; conocer la verdad, salir del engaño no debe ser nunca causa de desanimo, al contrario, debe ser causal para resurgir hacia un estado en el cual no soy más una presa, soy libre.

En síntesis, ante un desengaño, no cabe la decepción.


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Me podrían increpar diciendo que con estas ideas sólo hago alusión a cuando se es víctima y, de hacerlo, me preguntarían: ¿Qué pasa cuando soy yo el que decepciona? A esto yo respondería que siempre y cuando el ser humano (el yo) se dirija propiamente, no habrá motivo para generar decepción en la psique de nuestro congéneres. Y ante esto me podrían cuestionar: ¿Y cómo saber cuándo un tercero se está conduciendo propiamente y cuándo? Y yo respondería que no hay forma de saberlo, que ante tal cuestión al ser humano sólo le queda un camino al cual se llega rigiéndose bajo una conducta irreprochable y dejando atrás toda esperanza.

Lasciate ogni speranza, voi ch'entrate

Ninguna decepción será mala porque no hará otra cosa que abrirnos los ojos y llevarnos al conocimiento y a la verdad.