Estoy, desde hace algún tiempo, buscando la razón por la cual se ha descontextualizado por completo el uso de la palabra “bizarro” en el idioma español. Escuho y leo constantemente en televisión, en radio, en foros, en revistas y en periódicos a gente que utiliza la palabra “bizarro” como sinónimo de feo, grotesco, ridículo, chocante, irrisorio, raro y demás palabras que puedan representar (o inducir a pensar en) lo sarcástico y peyorativo.



El uso de esta palabra en ese contexto que mencionamos sólo puede convertirse en un error más grande si de pronto la palabra aparece escrita con alguna tilde, o con “v” o con “s” para citar otro ejemplo.



El porqué.



El Diccionario de la Real Academia Española define la palabra “bizarro” como un sinónimo de valiente, y de hecho nos conduce a la definición de ésta última como significado de la primera: “Fuerte y robusto en su línea. Generoso, lúcido, espléndido”.



Queda clarísimo entonces que lo bizarro no es lo risible, lo burlesco o lo extravagante sino todo lo contrario: lo gallardo y lo bravo.



La causa.



Las lenguas germánicas, en cuya clasificación encontramos en su punto más tardío idiomas como el inglés, el alemán y el neerlandés, contienen la palabra que en español conocemos como bizarro justamente con el significado que erróneamente muchos le dan. El inglés “bizarre” es algo “odd or unusual” (raro e inusual) y el neerlandés “bizar” es “raar” (raro), esto sólo por citar dos ejemplos.



Hasta aquí se podría decir que el error es una castellanización de la palabra por ser el término en español parónimo del término en otros idiomas y quedaría resuelto el asunto sin embargo existen otros términos en las mismas condiciones en los cuales no se presenta este fenómeno, incluso no sólo en parónimos sino también en homónimos.



Divert en inglés no tiene nada que ver con divertir en español. Ni contest (concurso) es contestar ni can (botella) tiene relación alguna con los canes (perros) de nuestro idioma.



El asunto va más allá y tiene su origen en un personaje de caricaturas llamado Bizarro. Todos lo recordamos como ese antihéroe de Superman, grotesco, deforme y horrible. Hacía sus apariciones en las fábulas de la “Liga de la Justicia” que se transmitían allá por los 80’s y a comienzos de los 90’s aún y representaba todo lo que encierra el término bizarro en su definición… inglesa por supuesto.



Y así se termina esto. Espero, querido lector, que cada vez que escuche o lea la palabra “bizarro” en el futuro piense en Superman y no en Bizarro porque Superman es bizarro pero Bizarro no es bizarro.

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