Entre el "Everest" de frases huecas dichas a través de la historia de la humanidad, sin lugar a dudas que la de Jesús ha sido una de las más desafortunadas. Vamos a desgranar este asunto para ver si podemos llegar a conclusiones lógicas.
Quizá nunca sepamos a ciencia cierta cómo ha empezado la vida en este planeta, pero es obvio que no hemos sido obra de un alfarero con ínfulas de Dios.
El Génesis pinta a Adán y Eva como dos gilipollas asexuados puestos en un jardín como mascotas de un dios ocioso que no tenía otra manera de pasar su aburrida eternidad. Para colmo de tortura, les proveyó de las herramientas necesarias para reproducirse, y, para darle más emoción al desabrido romance, ha creado a una serpiente para que les tentara y le dieran uso a sus inhabilitados órganos. Desde entonces, el macho y la hembra se han apareado para llenar de gente a este ya pequeño planeta.
El asunto es que la religión católica se ha empeñado en darle carácter divino a una simple relación, absolutamente humana, entre un hombre y una mujer.
Para los judíos, el matrimonio es algo simbólico perfectamente anulable con el consentimiento de ambos conyuges. Los ortodoxos, que son cristianos, permiten hasta tres matrimonios, siempre y cuando haya justificación. Sobre los musulmanes, ni hablar, con un simple repudio en público se cambia de pareja como de traje. Pero El Vaticano, en un alarde de intolerancia irreflexiva, pretende que los humanos seamos más cristianos que Cristo, sometiéndonos a sus imposiciones sin chistar.
Claro que si la ley fuera para todos sería mucho más llevadero el no poder desamarrar el nudo gordiano matrimonial, pero todos sabemos que el Papa también discrimina a sus fieles por posición social y económica. Todos conocemos a personajes famosos que han sido beneficiados con la anulación sacramental de su matrimonio, y hasta dos veces, pero eso es algo totalmente fuera del alcance de los ciudadanos de a pie.
Considerando todo esto, concluyo completando la frase de marras: "Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre... pobre".