Confieso que, el insomnio se ha apoderado, nuevamente, de mí... tengo miedo de dormir porque no sé si amanezca con vida al día siguiente... Siento que el reino de las Tinieblas me llama. Siento desfallecer y mi cuerpo caer.

Si no tengo miedo de partir... es que aún no he hecho mi testamento.