Sono el despertador, y salio de la cama como impulsado por un resorte y al tiempo que bostezaba y se estiraba, arrastro los pies hasta el cuarto de baño.Como cada mañana, se inclino sobre la taza del wc para apuntar, y con su pene erecto a causa del sueño reparador y del explendor mañanero, y soltó un abundante chorro.

Repaso con sus manos la aun no alarmante barriga, y se rasco el vello pubico, mas por costumbre que por autentico picor, y se volvió hacia el espejo.

Allí estaban, siete, sus siete pelos en la cima de su cabeza mitad poblada hacia abajo, y adornando la cuspide, o coloreando y festejando como cualquier participande de la fiesta del orguyo gay, su testa, mitad desnuda hacia arriba, excepto los siete supervivientes del holocausto.En realidad hasta hacia una semana, habían sido ocho, pero uno de esos pelos, cayo en el campo de batalla como un heroe después del polvo del siglo.

Recordó su angustia al contar sus entonces ocho pelos y el haberle echado en falta a uno de ellos, los contaba a diario, como un mal vicio, como una maldita obsesion, temiendo que fueran desapareciendo sin que el se diera cuenta, al igual que desaparece el dinero de una escasa cuenta corriente.

Busco como un loco aquel octavo pelo, repasando cada paso dado, pero al contrario,hacia atras como si expirimentara un viaje en el tiempo hacia el pasado... hasta llegar a la cama y allí lo encontro, inerte, sin vida, sobre la inmaculada almohada blanca.

Lo recogio con dos dedos, y se dispuso a tirarlo al suelo sin mas, pero se paro a pensar, y decidio que su octavo pelo tendría un entierro decente, así que cogio el encendedor y lo incinero dejando en la habitación un aroma a gorrino quemado.

Y hoy por fin, allí plantado ante el espejo con sus siete pelos bailando sobre su cabeza sonrio, pues su alopecia tenia los días contados. El creia en los milagros, y los milagros existian, estaban allí, en el periodico, en la ultima pagina a modo de anuncio

"Corporación termomedica, especialistas en injertos capilares, diga adios a su alopecia y olvidese de esos antiesteticos peluquines".

Llego a la clinica capilar a las 10 de la mañana, un poco nervioso, un poco esperanzado, y después de unos minutos estaban examinando su caso.

Felipe: Que Doctor, como lo ve¿¿

Doctor: Vera Felipe, la tecnica consiste en extraerle cabellos de la nuca e implantarselos en las zonas despobladas, el area de su calvicie es considerable, así que habra que buscar de donde podemos sacarle mas foliculos pilosos para el implante, ya que los de su nuca no seran suficientes.

Instintivamente Felipe miro a su bragueta, y el Doctor sonrio asintiendo como si Felipe hubiera dado con la solucion a un complicada ecuacion con triple x.

Doctor:.Vera Felipe....habra que resolver otro problema,su pelo es liso, y en de la zona a extraer rizado, por lo que los iremos mezclando y dara como resultado un pelo ondulado, si usted esta conforme.

Y diez días después allí estaba Felipe, en aquella sala aseptica, sobre la camilla y desnudo antes los ojos de la enfermera. Esta acerco el instrumental y comenzó la tortura, el dolor. Todo por ella, lo hacia por ella.

Diez mil gritos después, y 6000 euros menos, Felipe era un hombre nuevo, un hombre atractivo y con pelo.

Dos semanas después, reunio el valor para quedar con Maria en el pub donde solian reunirse junto con otros amigos. Aquella chica le gustaba desde hacia tiempo, hoy, sin complejos se le declararia, y le pediria que salieran juntos.

Maria llego una hora después de que hubieran cesado las burlas del grupo respecto al cambio de Felipe, que lleno de valor y sin complejos se acerco a ella.

Maria: Hola Felipe ¡¡¡, vaya cambio, ya me habían contado ¡¡.

El se acerco a ella dispuesto, pero tras la figura de Maria surgio el enorme cuerpo de un negro calvo.

Mira, le dijo Maria,te presento a Kumbamba,mi novio.

Felipe sonrio como un tonto, mientras pensaba en volver a su estado de calvo original y someterse a un intenso un bronceado .