Un hombre muy torpe va por la calle y se encuentra un espejito. Lo toma, lo mira, se rasca la cabeza y dice:

-Como que a este tipo yo lo he visto antes... - luego se guarda el espejito en el bolsillo del pantalón y prosigue hacia su casa.

Al llegar a su casa, se sienta en la sala, se empieza a quitar los zapatos, recuerda el espejito; vuelve a sacarlo, lo mira y dice:

_¡Ah, yo creo que ya sé quién es! ¡Este debe ser el tipo que siempre se sienta frente a mí en la barbería!

Entra la mujer (que también es brutísima), con la cena del marido, lo ve que se apresura a guardar el espejito y le pregunta:

-¿Qué tienes ahí, Teodoncio?
_Nada, Genara, nada. Y se pone a comer sin comentarle nada a la mujer.

Después de esto, se da un baño y se va a la cama. La mujer, algo recelosa, espera a que se duerma, toma el pantalón, rebusca en los bolsillos; hasta que da al fin con el espejito. Lo saca, lo mira y exclama:

_¡Lo sabía! ¡Una foto de otra mujer! ¡Y con una cara de puta!