
Iniciado por
Eli_yahu
Cuando los discípulos de Jesús recibieron el espíritu santo en Pentecostés, Pedro dijo las siguientes palabras:
Hech.2:14 Pero Pedro se puso de pie con los once y levantó la voz y les hizo esta expresión: “Varones de Judea y todos ustedes los que son habitantes de Jerusalén, séales conocido esto, y presten oído a mis dichos. 15 Estos, de hecho, no están borrachos, como suponen ustedes, pues es la hora tercera del día. 16 Por el contrario, esto es lo que se dijo por medio del profeta Joel: 17 ‘“Y en los últimos días —dice Dios— derramaré algo de mi espíritu sobre toda clase de carne, y sus hijos y sus hijas profetizarán, y sus jóvenes verán visiones y sus viejos soñarán sueños; 18 y aun sobre mis esclavos y sobre mis esclavas derramaré algo de mi espíritu en aquellos días, y profetizarán. 19 Y daré portentos presagiosos en el cielo arriba y señales en la tierra abajo, sangre y fuego y neblina de humo; 20 el sol será convertido en oscuridad y la luna en sangre antes que llegue el grande e ilustre día de Jehová. 21 Y todo el que invoque el nombre de Jehová será salvo”’.
22 ”Varones de Israel, oigan estas palabras: A Jesús el Nazareno, varón públicamente mostrado por Dios a ustedes mediante obras poderosas y portentos presagiosos y señales que Dios hizo mediante él en medio de ustedes, así como ustedes mismos lo saben, 23 a este [hombre], como uno entregado por el consejo determinado y presciencia de Dios, ustedes lo fijaron en un madero por mano de desaforados, y lo eliminaron. 24 Pero Dios lo resucitó desatando los dolores de la muerte, porque no era posible que él continuara retenido por ella. 25 Porque David dice tocante a él: ‘Tenía a Jehová constantemente ante mis ojos; porque está a mi diestra para que yo nunca sea sacudido. 26 A causa de esto se alegró mi corazón y se regocijó mucho mi lengua. Además, hasta mi carne residirá en esperanza; 27 porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que el que te es leal vea corrupción. 28 Me has dado a conocer los caminos de la vida, me llenarás de alegría con tu rostro’.
29 ”Varones, hermanos, es permisible hablarles con franqueza de expresión respecto al cabeza de familia David, que falleció y también fue sepultado, y su tumba está entre nosotros hasta este día. 30 Por lo tanto, porque era profeta y sabía que Dios le había jurado con juramento que sentaría a uno del fruto de sus lomos sobre su trono, 31 vio de antemano y habló respecto a la resurrección del Cristo, que ni fue abandonado en el Hades ni su carne vio corrupción. 32 A este Jesús lo resucitó Dios, del cual hecho todos nosotros somos testigos. 33 Por eso, debido a que fue ensalzado a la diestra de Dios y recibió del Padre el espíritu santo prometido, él ha derramado esto que ustedes ven y oyen. 34 De hecho, David no ascendió a los cielos, sino que él mismo dice: ‘Jehová dijo a mi Señor: “Siéntate a mi diestra, 35 hasta que coloque a tus enemigos como banquillo para tus pies”’. 36 Por lo tanto, sepa con certeza toda la casa de Israel que Dios lo hizo Señor y también Cristo, a este Jesús a quien ustedes fijaron en un madero”.
Noten la pofecía de Joel mencionada por Pedro al principio:
Joel 2:28 ”Y después de eso tiene que ocurrir que derramaré mi espíritu sobre toda clase de carne, y sus hijos y sus hijas ciertamente profetizarán. En cuanto a sus viejos, sueños soñarán. En cuanto a sus jóvenes, visiones verán. 29 Y aun sobre los siervos y sobre las siervas derramaré en aquellos días mi espíritu.
El espíritu santo es algo que Jehová derrama de sí mismo. No es un acompañante de Jehová como es Jesucristo y el resto de los seres celestiales ... Esa fantasía se la inventó la iglesia romana. Jesús es el Hijo de Jehová, y el espíritu santo es la fuerza activa o energía que Jehová tiene, Su santo y poderoso espíritu. En la Biblia no se habla de algún ser en los cielos que se llame espíritu santo; si ese ser existiera, alguna relación habría de tener con Jesús ... Pero la única relación de la que se habla de Jesús en sentido familiar es la que tiene con Jehová Dios, su Padre. (...)
En los cielos no existe tal persona-dios llamada espíritu santo, y en ninguna de las visiones celestiales aparece esa supuesta persona. Esteban, cuando fue apedreado, tuvo una visión de Dios y de Jesús:
Hech.7:55 Mas él, estando lleno de espíritu santo, miró con fijeza al cielo y alcanzó a ver la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios, 56 y dijo: “¡Miren! Contemplo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre de pie a la diestra de Dios”.
Vió Esteban alguna persona llamada espíritu santo en los cielos? No; Esteban estaba lleno de espíritu santo cuando dijo aquello. Esteban no pudo ver a esa supuesta persona porque estaba con él? No; Esteban no vió a esa persona porque el espíritu santo es la fuerza de Jehová, y estaba en operación en él cuando estaba hablando de forma inspirada. Sus palabras, así como su discurso antes de ese momento, fueron registrados como palabra inspirada por espíritu.
Hech.6:3 Por eso, hermanos, búsquense siete varones acreditados de entre ustedes, llenos de espíritu y de sabiduría, para que los nombremos sobre este asunto necesario; 4 pero nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra”. 5 Y lo que se habló fue grato a toda la multitud, y seleccionaron a Esteban, varón lleno de fe y de espíritu santo, y a Felipe y a Prócoro y a Nicanor y a Timón y a Parmenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía; 6 y los colocaron delante de los apóstoles, y, después de haber orado, estos les impusieron las manos.
En las visiones celestiales se puede ver a UNO sentado en su trono y a Jesús cercano, pero no existe persona celestial llamada espíritu santo:
Dan.7:13 ”Seguí contemplando en las visiones de la noche, y, ¡pues vea!, con las nubes de los cielos sucedía que venía alguien como un hijo del hombre; y al Anciano de Días obtuvo acceso, y lo presentaron cerca, aun delante, de Aquel. 14 Y a él fueron dados gobernación y dignidad y reino, para que los pueblos, grupos nacionales y lenguajes todos le sirvieran aun a él. Su gobernación es una gobernación de duración indefinida que no pasará, y su reino uno que no será reducido a ruinas. (...)