Los enemigos de los testigos sí que dan pena. Verlos como se esfuerzan por atacarnos, su ansia insaciable de querer destruirnos ... pero su total impotencia, y el nivel tan bajo al que llegan en su desespero. Creen que son fuertes y que nos hacen daño en su interior ... pero la realidad es que nosotros no nos rebajamos a su nivel porque somos diferentes, y realmente queremos agradar a Dios. Son como perros que ladran a caballeros andantes que van montados en sus caballos. Más nada.
2Tim.3:13 (...) los hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor, extraviando y siendo extraviados.
Dan.11:33 Y tocante a los que tienen perspicacia entre el pueblo, impartirán entendimiento a los muchos. (...)
... 12:10 Muchos se limpiarán y se emblanquecerán y serán refinados. Y los inicuos ciertamente actuarán inicuamente, y absolutamente ningún inicuo entenderá; pero los que tengan perspicacia entenderán.