
El Museo del Prado de Madrid confirmó ayer que una réplica de La Mona Lisa de Da Vinci expuesta durante años en las paredes de la pinacoteca, no es una copia como se creía, sino que fue pintada por un aprendiz en el taller de Da Vinci y de manera simultánea a la obra original, el aprendiz junto al maestro pintaron al mismo tiempo (y posiblemente viendo a la misma modelo y paisaje).
El Museo decidió descolgar la obra para restaurarla en el 2010. La idea era que luciera las mejores galas posibles en la exposición sobre Da Vinci que albergará el Museo Louvre de París, a mediados de este año. Los trabajos descubrieron sorprendentes similitudes con la Mona Lisa que habían permanecido ocultos por un barniz oscuro, el cual fue agregado a la pintura en el siglo XVIII por razones desconocidas. Destaca, por ejemplo, el paisaje de fondo de la Toscana italiana.
Una prueba de rayos X permitió establecer que las capas de pintura y la forma de componer el cuadro eran casi idénticas a la original y que los cambios hechos en la gemela eran casi iguales a la forma en la que evolucionó la primera. El barniz que se retiró de la cara de la Mona Lisa española la hizo ver más joven y brillante que la cara cubierta con barniz oscuro en el museo de París. La del Prado luce como una veinteañera y la parisina es algo más madura.
La conclusión del estudio es que la réplica de Madrid fue realizada por un alumno de la escuela de Leonardo al mismo tiempo que el artista italiano culminaba en el siglo XVI una de sus obras maestras.
Un trabajo en paralelo cuya autoría más probable, según los investigadores, se atribuye a Francesco Melzi, un discípulo aventajado de Leonardo y pintor más o menos conocido del Renacimiento.
Las dimensiones del lienzo en el Prado son casi idénticas. La Mona Lisa de Da Vinci, que se expone permanentemente en el Louvre, mide 77 por 53 centímetros, mientras que la gemela mide 76 por 57.
(Fuente: Aeromental)
LAVOISSIEUR DIXIT
Parecía ella
aquella
mujer.
Me acerqué.
?Eres tú?
Supe entonces que la materia no se crea,
pero se destruye,
y en cualquier caso, se transforma.
-o-
PARÁBOLA DE LAS GEMELAS EN LA PLAYA
En la playa,
Ana hace una montaña,
Eva cava un pozo.
Las dos con sus palas de plástico
miran al cielo,
miran al mar,
dibujan el horizonte curvo,
escriben en la arena.
La montaña de Ana crece hacia la luz;
el pozo de Eva crece hacia lo oscuro.
“Eva es más vieja”
me dice Ana desde sus ojos azules,
“Tres minutos más vieja que yo”.
La montaña y el pozo
se juntarán algún día.
Teo Serna, Manzanares (Ciudad Real), 1954. Poeta,
pintor, diseñador.