El reparto de publicidad física en buzones o buzoneo, una técnica tradicional de marketing directo, sigue siendo una herramienta valiosa en la era digital. Su capacidad para llegar directamente a los consumidores, con un mensaje tangible que pueden tocar y sentir, le confiere una ventaja única en comparación con las estrategias digitales. La integración de elementos digitales, como los códigos QR, ha revitalizado esta práctica, permitiendo a las empresas rastrear la efectividad de sus campañas y conectar con los consumidores en el mundo online. Esta sinergia entre lo físico y lo digital no solo mejora la rentabilidad de las campañas de publicidad, sino que también facilita técnicas avanzadas como el retargeting y la generación de leads, lo que a su vez puede incrementar las tasas de conversión y fortalecer la imagen de marca. En resumen, el buzoneo se mantiene como una estrategia relevante y poderosa, capaz de adaptarse e integrarse con las nuevas tecnologías para maximizar su impacto en el mercado actual.