«Se explica la discrepancia satisfactoriamente por la diferencia de circunstancias en que fueron hechos los dos registros: el de Esdras fue hecho en Babilonia, mientras que el de Nehemías fue confeccionado en Judea, después que fueron reedificados los muros de Jerusalén». Naturalmente, se esperaría que un lapso de tantos años haría que apareciese una diferencia en el catálogo, por fallecimientos u otras causas; en particular, que alguna persona, según la costumbre judía, sea llamada por nombres distintos. De esta manera, Harif (v. 24) es la misma persona que Jorá (Esd. 2:18). «Bendigamos a Dios porque nuestra fe y nuestra esperanza no están fundadas en sutilezas de nombres, números, genealogías y cronologías, sino en las grandes verdades de la Ley y del Evangelio.»

MH.